Historias de los Profetas

La historia de José, la paz sea con él: Del Pozo al Trono Lecciones de paciencia y poder divino


En los anales de las historias coránicas que trascienden el tiempo y el espacio, la historia de Yusuf, la paz sea con él, brilla como una joya única, no sólo un relato de acontecimientos y personajes, sino una profunda epopeya de fe, conocida con razón como las«mejores historias» del Libro de Dios. Es una historia que encierra lecciones inestimables sobre la hermosa paciencia que no se ve empañada por el pánico, el perdón cuando se puede, que trasciende el deseo de venganza, y revela la sabiduría de las pruebas divinas que convierten las grandes adversidades en grandes bendiciones. Desde la oscuridad de un pozo profundo hasta la oscuridad de una prisión, y luego hasta el trono de un gran rey, es evidente la mano del poder divino, que maneja el asunto, transforma el destino y exalta a los que son pacientes y piadosos, para que la gente sepa que el plan de Dios es el mayor bien, aunque esté oculto a los ojos.

Envidia fraternal: La Chispa del Destino y el Comienzo de una Profunda Tribulación

La historia de Yusuf, la paz sea con él, comenzó con la buena noticia de un sueño que tuvo de niño, en el que vio once planetas, el sol y la luna adorándole. Esta visión era una señal de un gran futuro que aguardaba al muchacho. José contó su visión a su padre Jacob, la paz sea con él, quien, con su perspicacia profética y su conocimiento de la interpretación de las visiones, se dio cuenta de que su hijo tendría un gran estatus y una posición elevada, y que Dios seguiría bendiciéndole con el profetismo y la realeza. Pero Jacob, un padre sabio, aconsejó a su hijo que no contara esta visión a sus hermanos, por miedo a que despertara en ellos envidia y celos, y urdieran un plan que pudiera perjudicarle.

Pruebas: El Corán menciona este primer diálogo que fue preludio de la ordalía en la surah Yusuf:

إِذْ قَالَ يُوسُفُ لِأَبِيهِ يَا أَبَتِ إِنِّي رَأَيْتُ أَحَدَ عَشَرَ كَوْكَبًا وَالشَّمْسَ وَالْقَمَرَ رَأَيْتُهُمْ لِي سَاجِدِينَ (4) قَالَ يَا بُنَيَّ لَا تَقْصُصْ رُؤْيَاكَ عَلَىٰ إِخْوَتِكَ فَيَكِيدُوا لَكَ كَيْدًا ۖ إِنَّ الشَّيْطَانَ لِلْإِنسَانِ عَدُوٌّ مُّبِينٌ (5)

(Surat Yusuf: 4-5).

Desgraciadamente, la envidia ya se había apoderado de los corazones de sus hermanos (excepto de su hermano Benjamín). Vieron que su padre Jacob favorecía más a José y a su hermano que a ellos, a pesar de que eran mayores y más poderosos. Se reunieron e idearon un complot diabólico, acordando deshacerse de él arrojándolo al pozo profundo de la montaña para que algún carro (viajeros) lo recogiera y se lo llevara lejos de ellos. Engañaron a su padre, pidiéndole que se llevara a Yusuf con ellos para jugar y divertirse, y tras mucho insistir, Jacob accedió, sintiéndose ansioso y preocupado.

Los hermanos llevaron a cabo su crimen, arrojando a José al pozo cuando era un niño pequeño, y luego volvieron a su padre con la camisa de José manchada de sangre falsa (sacrificaron una oveja y mancharon la camisa de José con su sangre), afirmando falsamente que el lobo se lo había comido. Jacob se entristeció profundamente y sabía que mentían, pero no pudo evitar tener una hermosa paciencia y delegar sus asuntos en Dios, y mantuvo la esperanza de que José regresaría, sin perder nunca la fe en la capacidad y la sabiduría de Dios.

De la oscuridad del pozo a la prueba de castidad en el palacio de Al-Aziz: La persistencia de la profecía

Unos días después, una caravana comercial que viajaba hacia Egipto pasó junto al pozo. Enviaron a su mozo a buscar agua, y cuando se le cayó el cubo, Yusuf se pegó a él y salió con el cubo. Lo vendieron barato en el mercado de esclavos de Egipto. Así, Yusuf pasó de la crueldad de sus hermanos y la oscuridad del pozo al palacio de Aziz de Egipto (su ministro), donde fue comprado por Aziz y su esposa Zuleikha (la mujer de Aziz), y Yusuf creció en un ambiente completamente distinto, un ambiente de lujo y riqueza, pero cargado de grandes tentaciones.

En el palacio de Aziz, José creció hasta la edad adulta, y Dios le había dado sabiduría y conocimiento, y le había hecho hermoso. Aquí, José fue sometido a una gran prueba de su castidad, pureza y fe. La mujer, Zulekha, tras cerrar bien las puertas, le cortejó e intentó seducirle de diversas formas y medios. Pero Yusuf, la paz sea con él, con su fe firme y su piedad, se negó a ceder al pecado y buscó refugio en Dios.

Evidencia: El Sagrado Corán describe esta difícil situación que pone de relieve la castidad y pureza de José en la sura Yusuf:

وَرَاوَدَتْهُ الَّتِي هُوَ فِي بَيْتِهَا عَن نَّفْسِهِ وَغَلَّقَتِ الْأَبْوَابَ وَقَالَتْ هَيْتَ لَكَ ۚ قَالَ مَعَاذَ اللَّهِ ۖ إِنَّهُ رَبِّي أَحْسَنَ مَثْوَايَ ۖ إِنَّهُ لَا يُفْلِحُ الظَّالِمُونَ

(Surat Yusuf: 23).

José tuvo la tentación de hacer lo que cabría esperar de un ser humano, pero la infalibilidad y la firmeza de Dios le mantuvieron a raya. Cuando la mujer de Aziz fue desenmascarada después de que un testigo de su familia declarara su inocencia, lo metió en la cárcel injusta y falsamente, a pesar de que sabían de su inocencia, para exonerarse a sí misma y salvar su cara en la sociedad.

La prisión: Una estación para la Dawah y la capacitación con conocimiento

Yusuf entró en prisión inocente, sin más culpa que su castidad y pureza. No desesperó ni flaqueó, sino que utilizó su estancia en prisión como plataforma para predicar la llamada a Dios y difundir el monoteísmo entre los presos. Dios le concedió el conocimiento de la interpretación de las visiones, una gran bendición que no era conocida en aquella época salvo por unos pocos. Interpretó las visiones del camarero y del panadero que estaban con él en la cárcel, y les dijo lo que les ocurriría a cada uno, pero no olvidó invitarles al monoteísmo puro, aprovechando la ocasión para preguntarles sobre la interpretación de la visión.

Pruebas: En la surah Yusuf se menciona que llama a Alá a los dos prisioneros antes de interpretar la visión:

يَا صَاحِبَيِ السِّجْنِ أَأَرْبَابٌ مُّتَفَرِّقُونَ خَيْرٌ أَمِ اللَّهُ الْوَاحِدُ الْقَهَّارُ (39) مَا تَعْبُدُونَ مِن دُونِهِ إِلَّا أَسْمَاءً سَمَّيْتُمُوهَا أَنتُمْ وَآبَاؤُكُم مَّا أَنزَلَ اللَّهُ بِهَا مِن سُلْطَانٍ ۚ إِنِ الْحُكْمُ إِلَّا لِلَّهِ ۚ أَمَرَ أَلَّا تَعْبُدُوا إِلَّا إِيَّاهُ ۚ ذَٰلِكَ الدِّينُ الْقَيِّمُ وَلَٰكِنَّ أَكْثَرَ النَّاسِ لَا يَعْلَمُونَ (40)

(Surat Yusuf: 39-40).

José permaneció en prisión unos años más, esperando el alivio de Dios, sabiendo que Dios está al mando de sus asuntos, y que toda adversidad es un camino hacia una bendición. Hasta que llegó el día en que el rey necesitó que alguien interpretara su visión milagrosa, cosa que todos los sacerdotes y adivinos fueron incapaces de hacer.

Empoderamiento en la Tierra: De la oscuridad de la prisión al trono de Egipto

Cuando todos fueron incapaces de interpretar la visión del rey (siete vacas gordas comidas por siete vacas flacas, siete verdes y una seca), el tabernero que salió de la cárcel se acordó de José (la paz sea con él) y de su capacidad para interpretar visiones. Fue a verle a la cárcel y le contó la visión del rey. Yusuf, la paz sea con él, interpretó la visión con precisión y científicamente, que a años de prosperidad y fertilidad seguirían años de penuria y sequía, y aconsejó al rey un sabio plan para gestionar la crisis que se avecinaba, recogiendo cosechas en los años prósperos y almacenándolas para utilizarlas en los años secos.

El rey quedó impresionado por la sabiduría, los conocimientos y el intelecto de José, y se dio cuenta de que era inocente de los cargos por los que había sido encarcelado. Le liberó de la cárcel, le nombró Aziz de Egipto (Ministro de Hacienda y Finanzas del Estado) y puso todos los recursos del país bajo su dirección.

Evidencia: El Todopoderoso dijo, explicando esta habilitación divina de Yusuf en la sura Yusuf:1

وَقَالَ الْمَلِكُ ائْتُونِي بِهِ أَسْتَخْلِصْهُ لِنَفْسِي ۖ فَلَمَّا كَلَّمَهُ قَالَ إِنَّكَ الْيَوْمَ لَدَيْنَا مَكِينٌ أَمِينٌ (54) قَالَ اجْعَلْنِي عَلَىٰ خَزَائِنِ الْأَرْضِ ۖ إِنِّي حَفِيظٌ عَلِيمٌ (55) وَكَذَٰلِكَ مَكَّنَّا لِيُوسُفَ فِي الْأَرْضِ يَتَبَوَّأُ مِنْهَا حَيْثُ يَشَاءُ ۚ نُصِيبُ بِرَحْمَتِنَا مَن نَّشَاءُ ۖ وَلَا نُضِيعُ أَجْرَ الْمُحْسِنِينَ (56)

(Surat Yusuf: 54-56).

Así, Dios facultó a José para gestionar los asuntos económicos de Egipto y salvar al país de una hambruna inminente gracias a su gestión y a los conocimientos que Dios le dio.

El encuentro con los hermanos y el gran perdón: La culminación de una hermosa paciencia

Tras años de prosperidad y luego el comienzo de los años de sequía que afectaron a la región, los hermanos de José llegaron a Egipto para traer provisiones y alimentos, pues habían oído que el Aziz de Egipto vendía comida a buen precio. Yusuf les reconoció al verles, pero ellos no le reconocieron a él, pues su aspecto y su estatus habían cambiado. Tras varios encuentros, pruebas y revelaciones de intriga, Yusuf les reveló su verdadera identidad.

Aquí es donde la historia alcanza su clímax en la forma más maravillosa de perdón. Después de todas las envidias, intrigas, arrojarlo al pozo y venderlo como esclavo, José no tomó represalias contra ellos. Les perdonó con un corazón puro, perdonó sus errores y pidió a Dios que les perdonara.

Evidencia: Yusuf les dijo de forma tolerante e indulgente:

قَالَ لَا تَثْرِيبَ عَلَيْكُمُ الْيَوْمَ ۖ يَغْفِرُ اللَّهُ لَكُمْ ۖ وَهُوَ أَرْحَمُ الرَّاحِمِينَ

(Surat Yusuf: 92).

Entonces se reunió con su padre Jacob, su madre y sus hermanos en Egipto, y se cumplió la visión que había visto en su juventud, pues se postraron ante él, no en adoración, sino en reverencia y honor a su condición.

Epílogo: Sabiduría y lecciones de «Las mejores historias»

La historia de José, la paz sea con él, se considera con razón la «mejor de las historias» por su profunda sabiduría y las lecciones que se repiten en la vida de las personas a lo largo de los tiempos. Nos enseña lecciones fundamentales en:

  • Hermosa paciencia: Cómo el dolor, la pena, la separación y la injusticia se convierten en una gran alegría y en un poder divino cuando la paciencia va unida a una confianza total y a una dependencia absoluta de Dios.
  • La castidad y la pureza: Persistencia frente a las tentaciones y tentaciones más fuertes, y que Dios proteja a Su siervo fiel.
  • El perdón es un gran valor: Un gran valor para superar el daño, elevarse por encima de la venganza y tender puentes de misericordia y reconciliación incluso con quienes han sido agraviados.
  • La sabiduría de las pruebas: Cómo las pruebas y tribulaciones en la vida de un creyente son sólo formas de preparación, promoción en las calificaciones y potenciación divina que sólo llega tras una gran adversidad.
  • La certeza de la promesa y la providencia de Dios: Cómo la providencia de Dios para el hombre es mayor y más amplia que la providencia del hombre para sí mismo, y que el final feliz y el alivio seguro son para los piadosos y pacientes que confían en el destino y la sabiduría de Dios.
  • La importancia del conocimiento y la sabiduría: Cómo la ciencia para interpretar las visiones y la sabiduría para gestionar las crisis condujeron a la supervivencia y el empoderamiento de Joseph.

La historia de Yusuf (la paz sea con él) es un mensaje de esperanza para toda persona afligida, y una prueba clara de que Alá no pierde la recompensa de quienes hacen el bien, de que el alivio llega inevitablemente tras la adversidad, de que todo bien procede de Alá, que es el único artífice de todas las cosas, y de que la conclusión justa es siempre para quienes son pacientes y piadosos.


¿Cuál es la lección más importante que te ha dejado la historia de José después de leerla en detalle?

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