La historia de Ibrahim, la paz sea con él: El viaje del monoteísmo, la ruptura de los ídolos y la construcción de la Kaaba

En los anales de los grandes profetas, Ibrahim, la paz sea con él, destaca como profeta y mensajero, elegido por Dios para ser un imán para la gente y un símbolo del monoteísmo puro. Su historia no es sólo un cuento que contar, sino una escuela de fe, llena de grandes pruebas y sacrificios, en la que se manifestaron los significados más elevados de la sumisión al mandato de Dios y la certeza de Su promesa. Su vida fue un viaje continuo para invitar a la gente a adorar sólo a Dios y purificar la tierra de la abominación del politeísmo.
En busca de la verdad en tiempos de la Yahiliyyah
Abraham, la paz sea con él, nació en la tierra de Babilonia, en un pueblo inmerso en la adoración de ídolos y planetas, y su padre (Azer) era fabricante de ídolos. Desde muy joven, su corazón no encontró consuelo en estos falsos ídolos. Empezó a meditar sobre el reino de los cielos y la tierra, contemplando las estrellas brillantes, la luna iluminada y el sol resplandeciente, y preguntándose: ¿Son éstos los verdaderos dioses?
Evidencia: El Corán describe este viaje intelectual en la sura Al-An’am:
وَكَذَٰلِكَ نُرِي إِبْرَاهِيمَ مَلَكُوتَ السَّمَاوَاتِ وَالْأَرْضِ وَلِيَكُونَ مِنَ الْمُوقِنِينَ (75) فَلَمَّا جَنَّ عَلَيْهِ اللَّيْلُ رَأَىٰ كَوْكَبًا ۖ قَالَ هَٰذَا رَبِّي ۖ فَلَمَّا أَفَلَ قَالَ لَا أُحِبُّ الْآفِلِينَ (76) فَلَمَّا رَأَى الْقَمَرَ بَازِغًا قَالَ هَٰذَا رَبِّي ۖ فَلَمَّا أَفَلَ قَالَ لَئِن لَّمْ يَهْدِنِي رَبِّي لَأَكُونَنَّ مِنَ الْقَالِّينَ (77) فَلَمَّا رَأَى الشَّمْسَ بَازِغَةً قَالَ هَٰذَا رَبِّي هَٰذَا أَكْبَرُ ۖ فَلَمَّا أَفَلَتْ قَالَ يَا قَوْمِ إِنِّي بَرِيءٌ مِّمَّا تُشْرِكُونَ (78) إِنِّي وَجَّهْتُ وَجْهِيَ لِلَّذِي فَطَرَ السَّمَاوَاتِ وَالْأَرْضَ حَنِيفًا ۖ وَمَا أَنَا مِنَ الْمُشْرِكِينَ (79)
(Surat al-An’am: 75-79).
Ibrahim, la paz sea con él, fue guiado por sus sanos instintos y la guía de Dios hacia el monoteísmo del Creador, y a que no hay más dios que Dios.
Enfrentarse al politeísmo: Rompiendo ídolos y desafiando a su pueblo
Tras establecer la certeza en su corazón, Ibrahim, la paz sea con él, comenzó su llamada a su pueblo de forma sabia, intentando convencerles de la corrupción de sus creencias. Llamó a su padre con dulzura, mostrándole el error de la idolatría, pero su padre se negó obstinadamente.
Ibrahim no se contentó con predicar con la lengua, sino que decidió demostrar a su pueblo la inutilidad de sus ídolos. El día de su fiesta, cuando salieron a celebrarla, Ibrahim entró en su templo y destruyó todos los ídolos, excepto uno grande, para dejarles una prueba de su impotencia.
Pruebas: El Corán menciona este acontecimiento en Surat al-Anbiya:
فَجَعَلَهُمْ جُذَاذًا إِلَّا كَبِيرًا لَّهُمْ لَعَلَّهُمْ إِلَيْهِ يَرْجِعُونَ (58) قَالُوا مَن فَعَلَ هَٰذَا بِآلِهَتِنَا إِنَّهُ لَمِنَ الظَّالِمِينَ (59) قَالُوا سَمِعْنَا فَتًى يَذْكُرُهُمْ يُقَالُ لَهُ إِبْرَاهِيمُ (60) قَالُوا فَأْتُوا بِهِ عَلَىٰ أَعْيُنِ النَّاسِ لَعَلَّهُمْ يَشْهَدُونَ (61) قَالُوا أَأَنتَ فَعَلْتَ هَٰذَا بِآلِهَتِنَا يَا إِبْرَاهِيمُ (62) قَالَ بَلْ فَعَلَهُ كَبِيرُهُمْ هَٰذَا فَاسْأَلُوهُمْ إِن كَانُوا يَنطِقُونَ (63) فَرَجَعُوا إِلَىٰ أَنفُسِهِمْ فَقَالُوا إِنَّكُمْ أَنتُمُ الظَّالِمُونَ (64) ثُمَّ نُكِسُوا عَلَىٰ رُءُوسِهِمْ لَقَدْ عَلِمْتَ مَا هَٰؤُلَاءِ يَنطِقُونَ (65)
(Surat al-Anbiya: 58-65).
Éste fue un argumento convincente de Ibrahim, la paz sea con él, pero su pueblo, en lugar de reconocer la verdad, recurrió a la fuerza.
Plagada de fuego: El milagro de la protección divina
El pueblo de Ibrahim estaba muy enfadado por la destrucción de sus ídolos y decidió quemarle vivo. Reunieron mucha leña, encendieron una gran hoguera, nunca vista hasta entonces, y arrojaron a Ibrahim en ella con una catapulta.
En este difícil momento, cuando Ibrahim fue arrojado al fuego, sólo tenía a su Señor en quien confiar. Pronunció su frase inmortal «Hassabi Allah y Naim al-Wakeel». Entonces llegó la orden divina que cambió la naturaleza del fuego, haciendo que ni quemara ni dañara.
Evidencia: Allah Todopoderoso dice en la sura Al-Anbiya:
قَالُوا حَرِّقُوهُ وَانصُرُوا آلِهَتَكُمْ إِن كُنتُمْ فَاعِلِينَ (68) قُلْنَا يَا نَارُ كُونِي بَرْدًا وَسَلَامًا عَلَىٰ إِبْرَاهِيمَ (69) وَأَرَادُوا بِهِ كَيْدًا فَجَعَلْنَاهُمُ الْأَخْسَرِينَ (70)
(Surat al-Anbiya: 68-70).
Ibrahim, la paz sea con él, salió sano y salvo del fuego, lo que constituyó un milagro notable y una prueba evidente de la sinceridad de su profecía y de la grandeza de Dios, que protege a Sus siervos. Pero su pueblo, a pesar de ver esta señal, continuó en su obstinación e incredulidad.
La bendita migración: La construcción de una nación monoteísta
Tras sobrevivir al fuego, Ibrahim (la paz sea con él) se dio cuenta de que no tenía sentido permanecer con su pueblo incrédulo. Él, junto con su esposa Sara y su sobrino Lot, emigró de Babilonia a la tierra de Levante, luego a Egipto y después de vuelta a Levante, difundiendo la llamada del monoteísmo por toda la tierra. Estas migraciones formaban parte del plan de Dios de preparar a Ibrahim para ser el Imam y fundador de la nación monoteísta.
La aflicción de la matanza: La cumbre de la entrega y el sacrificio
Una de las mayores pruebas a las que fue sometido Ibrahim, la paz sea con él, y que demostró el grado de su sumisión absoluta al mandato de su Señor, fue la orden de Dios de sacrificar a su hijo Ismael, después de que Dios se lo hubiera dado en la vejez y tras una larga espera. Ibrahim vio la visión y supo que era una orden de Dios.
Abraham planteó el asunto a su hijo Ismael, que era un ejemplo de hijo recto y obediente. Ismael respondió con seguridad y autorización «Oh padre, haz lo que se te ordena y me encontrarás, si Dios quiere, entre los pacientes» (Al-Safat: 102).
Cuando Abraham, la paz sea con él, se echó a su hijo a la frente preparándose para el sacrificio, Dios intervino y lo redimió con un gran sacrificio.
Evidencia: El Sagrado Corán describe esta majestuosa situación en la sura al-Safat:1
فَلَمَّا بَلَغَ مَعَهُ السَّعْيَ قَالَ يَا بُنَيَّ إِنِّي أَرَىٰ فِي الْمَنَامِ أَنِّي أَذْبَحُكَ فَانظُرْ مَاذَا تَرَىٰ ۚ قَالَ يَا أَبَتِ افْعَلْ مَا تُؤْمَرُ ۖ سَتَجِدُنِي إِن شَاءَ اللَّهُ مِنَ الصَّابِرِينَ (102) فَلَمَّا أَسْلَمَا وَتَلَّهُ لِلْجَبِينِ (103) وَنَادَيْنَاهُ أَن يَا إِبْرَاهِيمُ (104) قَدْ صَدَّقْتَ الرُّؤْيَا ۚ إِنَّا كَذَٰلِكَ نَجْزِي الْمُحْسِنِينَ (105) إِنَّ هَٰذَا لَهُوَ الْبَلَاءُ الْمُبِينُ (106) وَفَدَيْنَاهُ بِذِبْحٍ عَظِيمٍ (107)
(Surat al-Safat: 102-107).
Esta prueba fue una prueba de la condición de Ibrahim ante Dios y de su gran paciencia y sumisión, y esta actitud quedó inmortalizada en el ritual del Eid al-Adha, que los musulmanes observan cada año.
Construyendo la Kaaba: Centro Unitario Universalista
Uno de los mayores logros de Ibrahim, la paz sea con él, fue la construcción de la Kaaba en La Meca. Dios le ordenó que construyera esta casa para que fuera la primera casa construida para el pueblo, y un lugar donde los musulmanes se reunieran para adorar sólo a Dios. Ibrahim construyó la Kaaba con su hijo Ismael, mientras trabajaban en obediencia a Dios y rezaban a su Señor para que los aceptara y bendijera.
Evidencia: Dios Todopoderoso dijo:
وَإِذْ يَرْفَعُ إِبْرَاهِيمُ الْقَوَاعِدَ مِنَ الْبَيْتِ وَإِسْمَاعِيلُ رَبَّنَا تَقَبَّلْ مِنَّا إِنَّكَ أَنتَ السَّمِيعُ الْعَلِيمُ (127) رَبَّنَا وَاجْعَلْنَا مُسْلِمَيْنِ لَكَ وَمِن ذُرِّيَّتِنَا أُمَّةً مُّسْلِمَةً لَّكَ وَأَرِنَا مَنَاسِكَنَا وَتُبْ عَلَيْنَا إِنَّكَ أَنتَ التَّوَّابُ الرَّحِيمُ (128)
(Surat al-Baqarah: 127-128).
Dios también le ordenó que convocara al pueblo al Hayy, para que la Kaaba fuera una qiblah para los musulmanes, un centro espiritual global del monoteísmo y un recordatorio constante del mensaje puro de Abraham.
Conclusión: Padre de los Profetas y Fundador del Monoteísmo
La historia de Ibrahim, la paz sea con él, es una historia completa de fe que nos enseña el significado del monoteísmo puro, la hermosa paciencia, el sacrificio por la causa de Dios y la sumisión a Sus mandatos, por difíciles que sean. Ibrahim fue el padre de los profetas y un modelo del creyente que se enfrenta al politeísmo con pruebas y argumentos, y se mantiene firme en la verdad sin importarle los desafíos. Toda su vida fue una invitación práctica a Dios y una presentación de los principios en los que se basa la religión del Islam, lo que le convierte en un modelo para todos los que quieren seguir el camino de la fe y la certeza.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido de la historia de Ibrahim y su sinceridad en el monoteísmo?